Convertir las ideas en acciones concretas, siempre es un
desafío.
“Soy graduado del Instituto Bíblico Centroamericano y del
Seminario Semillas de Guatemala, pero siempre había tenido problemas en llevar
mis ideas a la práctica, siempre se me quedaban en el aire” expresa el hermano
Francisco Cano, pastor de la Fraternidad Menonita de Nicaragua.
El pastor Francisco Cano, encontró en el Instituto Timoteo
el elemento que faltaba en su ministerio para convertir su inspiración en
implementación. “En el Instituto Timoteo nos enseñaron de una forma muy
sencilla a hacer Planes de Acción y los maestros hicieron todo lo posible para
que nosotros pusiéramos en práctica esa técnica, para que ya no dejáramos las
ideas en el aire o sólo en el papel. Esa es una de las cosas que más les
agradezco”, añade el pastor Cano.
Recientemente el Instituto Timoteo celebró su primera
graduación en Centroamérica en la que 13 pastores de diferentes denominaciones
recibieron su certificado de entrenadores y maestros. Pero no es el diploma lo
que emociona más al pastor Cano, sino los resultados que ha obtenido al
implementar un Plan de Servicio en la comunidad “Malaco”, en la ciudad de
Granada. “Ahora la comunidad siente admiración por nosotros, cuando antes
sentía temor,” describe.
Anteriormente el pastor Cano y un grupo de líderes, habían
realizado actividades de evangelismo en el barrio Malaco, un sector azotado por
la pobreza y la violencia doméstica y con un número creciente de niños en
situación de calle. “Hacíamos el evangelismo, pero no hacíamos el servicio y
las personas se sentían presionadas por nosotros. El Instituto Timoteo nos
amplió el panorama y fue así como decidimos hacer un plan de trabajo que
incluyera el servicio a la comunidad” explica el pastor.
“Después de un año de estar en Timoteo, decidimos que
teníamos que llevar alimentación a los niños, después ayudamos a las familias
que fueron afectadas por la crecida del lago; más adelante la iglesia se animó
a abrir un fondo para pequeños préstamos, pusimos un capital de 600 dólares y
con ese dinero se fortalecieron varias pulperías y tortillerías.”
Ahora la iglesia “Jesucristo es el Señor” cuenta con un
lote de terreno donado por la comunidad de Malaco, lugar donde ya trabajan para
levantar un “lugar de adoración, de provisión y de educación” donde niños,
jóvenes y mujeres puedan encontrar una mejoría para su vida.
La experiencia del pastor Francisco y su congregación nos
anima a que, como Agentes de Dios para la transformación de nuestras comunidades,
hagamos todo lo posible por tomar los pasos que sea necesario para convertir
las ideas que Dios nos da, en acciones concretas que demuestren su amor y sus
propósitos.
“La diferencia entre
un soñador y un visionario, es que el visionario, además de buenas ideas, tiene
la audacia para actuar y dar el primer paso.” Steven Furtick.