Centro Nehemías, a través del programa de Fortalecimiento
Eclesial (FE), está compartiendo principios bíblicos para desarrollar iglesias más saludables. Recientemente, luego de un año de estudios, un total de 13
iglesias de la zona de Estelí y Ocotal, completaron el ciclo de talleres sobre
8 indicadores de salud de una iglesia saludable.
El hermano Miguel Castillo, pastor de la Primera Iglesia
Bautista de Estelí, resume su experiencia con las siguientes palabras:
“Desde el principio, cuando nos presentaron los temas que
se abordan en FE yo dije: ‘esto es para nosotros’. A veces, uno como pastor o
líder, por falta de recursos no tiene acceso a capacitación con esta calidad,
pero el equipo de la Iglesia, aprovechamos que Centro Nehemías trajo los
recursos hasta nosotros y nos involucramos de lleno.”
“Yo, como parte de la directiva de mi denominación para la
zona norte, quiero llevar estas capacitaciones hasta Wiwilí*; estoy seguro que
los pastores de toda esa zona van a recibirlo con los brazos abiertos. Si
Centro Nehemías quiere ir hasta allá, yo los acompaño, o si quieren enviarme a
mí, yo voy a compartir estos talleres.”
¿Qué cambios ha
observado en su equipo de liderazgo luego de participar en estas
capacitaciones?
Pastor Miguel:
Teníamos adormecida el área de servicio, algunos líderes se sentían tranquilos
con solo ejercer sus funciones dentro de la iglesia y había poco trabajo fuera
de las cuatro paredes, donde debe ser el principal radio de acción de la
iglesia. Era difícil movilizar al liderazgo, yo recibía muchas excusas, pero
ahora estamos viendo un despertar de la gente, esto ha despertado a muchos que
estaban inactivos.
(Foto: Izquierda, pastor Miguel Castillo. Derecha, pastor Henry Cruz, facilitador del programa de Fortalecimiento Eclesial -FE)
¿Cómo sucedió ese
despertar?
Pastor Miguel: Al
inicio, cuando hicimos nuestro diagnóstico como iglesia, , nos dimos cuenta que
estábamos mal, quedamos claro que teníamos muchos problemas, que teníamos un
liderazgo de papel, que teníamos que hacer cambios en la estructura, incluso
cambios en nuestra liturgia; nos sentíamos desaprobados.
Los 13 líderes que participaban conmigo, escucharon del
Hermano Henry Cruz (Facilitador) que era necesario trabajar en equipo, que era
hora de hacer algo. Esto me ayudó mucho porque yo sentía que la congregación
estaba dejando la carga sobre mis hombros, me sentía frustrado. El liderazgo
empezó a entender que ellos también debían hacer, debían trabajar. O sea, el
estudio de estos 8 indicadores, ha despertado un interés por la vida de la
iglesia.
¿Qué acciones han
tomado en este interés de desarrollar una iglesia más saludable?
Pastor
Miguel: Tenemos una escuela de liderazgo todos los jueves, ya estamos
impartiendo los talleres que recibimos. Ya tenemos un plan por escrito, con
metas, objetivos y actividades que vamos a desarrollar: reestructurar la
comisión de evangelismo, buscar un maestro de música para mejorar el área de
liturgia, vamos a dar clases de homilética y hermenéutica para fortalecer el
área de exposición bíblica. Ya hay un equipo que está dándole seguimiento a los
nuevos convertidos, a los amigos que nos visitan y a los que se reconcilian,
también queremos tener un área de consejería. Uno de nuestros objetivos es
involucrar al 90% de la membrecía en el trabajo de la iglesia según los dones
que el Señor ha puesto en ellos.
*Wiwilí, municipio de Nueva Segovia –frontera con Honduras.
A más de 270 kilómetros al noreste de Managua.