lunes, 14 de enero de 2013

Una exhortación de año nuevo

¿Cuán ocupados es “demasiado ocupados”? ¿En cuántos negocios o ministerios deberíamos involucrarnos? ¿Está mal que usemos el máximo posible de tiempo para trabajar?

Estas y otras preguntas salieron a flote durante el primer servicio devocional del año 2013 que celebró el personal de Centro Nehemías. La reflexión de este día nos trajo una exhortación de parte del Señor, especialmente para los que disfrutamos la acción, la ocupación,  el trabajo constante.

Con la ayuda del pastor Ricardo Hernández* revisitamos el texto de Lucas 10:38-41, pasaje que narra la visita de Jesús a una mujer trabajadora llamada Marta, en la aldea de Betania. Según el relato, Marta estaba ocupada con muchísimas cosas  mientras que su hermana María se sentaba a los pies del Maestro para escucharle. Marta entonces se quejó ante Jesús diciendo “Señor, ¿no tienes cuidado que mi hermana me deja sola con todos los quehaceres?, dile que me ayude.” El Maestro respondió a Marta con estas palabras “Marta, Marta, te preocupas y te inquietas por muchas cosas cuando una sola es necesaria. María escogió la mejor parte, la cual no le será quitada.” (Biblia de Nuestro Pueblo).

“Crecí trabajando” comentó el pastor Hernández, “de niño trabajé elaborando bolsas de papel para la pequeña tienda que tenía mi papá y con la cual sostenía nuestra numerosa familia. Me gusta estar ocupado, por eso este pasaje en el que Jesús se pone del lado de María y exhorta a Marta por sus muchos quehaceres, me llama la atención,” añadió.

¿Hay algo malo en estar ocupado? “Dios nos ha puesto en este mundo material donde hace falta trabajar para poder comer y para desarrollarnos, el problema está en la falta de balance,” comentó el hermano Ricardo. “Hace falta trabajar, pero hace falta cultivar nuestro compañerismo con Dios, esa es la parte –que dijo Jesús, que nunca nos podrá ser quitada.”

“Todo lo demás, aparte de nuestra comunión con el Creador, algún día nos será quitado, o se irá o lo tendremos que entregar,” explicó el pastor. “La salud se irá con los años, los hijos se irán, tendremos que entregar los puestos que tanto amamos algún día, tendremos que renunciar a muchas cosas preciadas, hasta la vida la tendremos que devolver… lo único que nunca nos será quitado es nuestro compañerismo con el Señor, ese durará toda la eternidad,” remarcó.

El personal de Centro Nehemías fue desafiado por el Señor para que en este año nuevo invirtamos más tiempo en cultivar nuestro compañerismo con Él, que trabajemos con la conciencia de que lo temporal no puede tener la prioridad. Al fin de cuentas, entregar la vida por las cosas que tarde o temprano vamos a perder, sencillamente no es vida. La plenitud de la vida consiste en que conozcamos al Dios verdadero y a Su Hijo Jesucristo, y que bajo su guianza y compañía disfrutemos del trabajo que Él nos ha encomendado aquí en la tierra.
Rev. Ricardo Hernández












*Pastor Ricardo Hernández: vice-presidente de la Junta Directiva de Centro Nehemías.