“Si un dueño de casa supiera
a qué hora va a llegar el ladrón,
estaría pendiente para no
dejarlo forzar la entrada”.
Lucas 12:39
Este versículo constituye quizá una
incómoda advertencia: “Cuida tu casa,
porque hay alguien con planes de saquearla.” Es un imperativo que nos
posiciona en el terreno de la vulnerabilidad y que remarca nuestro deber de ser
diligentes en vigilar y resguardar nuestra casa. “Este es un mensaje
comprometedor” señala Manuel Largaespada,*
quien a la vez confiesa que le ha tocado hablar de este tema “con un poco de
temor.”
Con todo y temores, sin embargo, el
llamado a “Cuidar la Casa” ha sido el desafío constante hacia los pastores que
participan en el Programa a Familias, durante el último año. “Se trata de un
llamado que no suena precisamente como una conferencia motivacional pero que es
una alerta que no podemos obviar, mayormente en este tiempo en que hay tantas
maneras en que ‘el ladrón’ está queriendo forzar la entrada,” sostiene Manuel.
“Nuestra proposición fue que los pastores
saben mucho acerca de cómo cuidar las casas en el área espiritual, y
necesitaban crecer en esa inspiración en las áreas de la salud emocional y
física de sus propias casas,” detalla Luz Urania Largaespada**, coordinadora de
este programa.
El Programa a Familias ha desarrollado una
serie de talleres y materiales que se enfocan en la necesidad de cuidar la casa
y en cómo lograrlo. Entre otras ideas cuidar nuestra casa implica:
1.
Modificar
nuestros patrones de convivencia y hacer del Buen Trato un estilo de vida en el
hogar.
2.
Reconocer
que Dios quiere que tengamos salud y que
estemos atentos a nuestros hábitos de ejercicio y alimentación.
3.
Tomar
la decisión de quebrar algunos yugos pesados e innecesarios que solo producen
agotamiento tales como el yugo de la preocupación por la autoimagen, el yugo
del legalismo y el yugo del activismo.
Los pastores Ileana y Miguel Castillo han
participado y replicado estos talleres en su congregación y comparten su
experiencia con estas palabras:
Ileana: “Las familias están muy descuidadas, empezando desde el matrimonio y el
cuidado de los hijos, pero estamos logrando que muchos aspectos negativos se
conviertan en positivos, aprendiendo por ejemplo a decirnos las cosas de una
manera constructiva y no destructiva dentro del seno familiar.”
Pastores Ileana y Miguel Castillo |
Miguel: “Estamos muy ocupados trabajando en la iglesia y a veces descuidamos
nuestra propia casa, pero hemos mejorado en el aspecto de la comunicación. No
estamos acostumbrados a escuchar, pero ahora hemos mejorado en ese aspecto como
matrimonio y con nuestros hijos, y eso nos ha ayudado incluso a mejorar en la
forma en que escuchamos a otras personas que están bajo nuestro cuidado.”
Dios cuida de los pajarillos, de las
flores, del campo y de nuestras casas. Él espera de nosotros que seamos
vigilantes consagrados de la familia en que nos ha colocado. Él quiere que
sepamos cómo prepararnos para cuidar nuestras casas de tal manera que los
ladrones no las saqueen. ¡Cuida tu Casa!
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Manuel Largaespada colabora con Centro Nehemías como facilitador voluntario y junto a su esposa Luz Urania
desarrollan el Programa a Familias, actualmente trabajando con unas 30 parejas
pastorales de la zona norte de Nicaragua.