lunes, 6 de febrero de 2012

Ciudadanos del Cielo y del Suelo


Extractos del ensayo Los Evangélicos y la Transformación Integral
Por Dr. Israel Ortiz

De acuerdo a estadísticas recientes los evangélicos han crecido en Centroamérica, el norte y sur de México. La agencia de noticias EFE anotó que Guatemala ya no es más un ps católico debido al incremento de los fieles que se suman a las iglesias evangélicas (14-08-2009).

Algunos [ya] se jactan del crecimiento evangélico como una muestra del poder de Dios. Algunos se atreven a subrayar que Guatemala es la nueva Jerusalén de América.  Sin  embargo,  la  realidad  nos  muestra  que  esta  presencia  no  ha impactado  las  estructuras  sociales,  económicas,  culturales  y  políticas  de  la sociedad. Su influencia no se ha dejado sentir como debiera. Nos obliga a interrogarnos, ¿Por qué no hemos afectado las estructuras sociales de nuestros pueblos?

De acuerdo al desafío de Jesús, ser sal implica esencialmente, evitar la corrupción moral de la sociedad, implica proclamar el evangelio como la propuesta de vida que incluye todas las esferas de la vida humana. En alguna manera se podría afirmar que tenemos un saldo negativo en cuanto al ser sal y luz de las naciones.

Por ejemplo, desde el campo de la política de partido, algunas experiencias han dejado un sabor amargo. Políticos evangélicos pasaron de la marginación política a una participación abierta. Sin embargo, salvo honrosas excepciones, la mayoría ha pasado sin pena ni gloria en las instituciones del Estado. Todavía estamos a la espera de una presencia política evangélica que responda a los criterios del evangelio y un verdadero proyecto de nación.

En Antioquía se dio el nombre de cristianos a los dispulos por vez primera. Tenía un perfil multirracial, multicultural, y era diversa en lo social, cultural, económico y en cuanto a dones. Esta joven iglesia mostraba la vida en plenitud de Jesús: Tenía un espíritu evangelizador, sed por la palabra, preocupación social, adoración rebosante, vida de comunidad, trabajo en red, llena de carismas del Espíritu y una visión misionera mundial.

Hoy nos impele interrogarnos, ¿Reflejan las iglesias los principios del NT? ¿Q clase de iglesia somos? ¿Impactan su vecindario? ¿Se proyectan en la comunidad?  

La  iglesia  en  el  NT  es  tanto  una  comunidad  teológica  como sociológica. Tiene su origen en Dios, y se encarna en la realidad histórica. Ese pueblo de Dios  tiene sus raíces en Jerusalén o en Tesalónica. En otras palabras, somos ciudadanos del cielo y del suelo. No podemos abstraernos de la realidad social en la cual vivimos.

Es fundamental que los cristianos evangélicos asumamos el reto de ser agentes de cambio: Contribuir con la transformación espiritual y social de nuestros países. Esto implica revisar la presencia cristiana, replantear nuestra teología de la misión, y formar a las nuevas generaciones desde la plenitud del evangelio en Jesucristo: Somos llamados a ser una generación no sólo de protesta, pero también de propuesta según la ética y valores del reino de Dios.

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