viernes, 20 de abril de 2012

¿Quién entonces saciará esta sed?

Hultner Estrada


“A través de los cursos de Misión Transformadora aprendí a ser preguntona,” resume Fátima Guevara, líder de la iglesia “La Hermosa” en Estelí.

Detrás de la afirmación anterior, hay una interesante historia.
Fátima, fisioterapeuta de profesión y líder juvenil, es amistosa y trabajadora, pero admite que tenía ciertos temores que afectaban su ministerio. “Por mi personalidad que es tímida, yo tenía serios problemas para relacionarme con las personas. En mi grupo juvenil mantenía una relación distante con ellos, solo llegaba, impartía el mensaje, entonábamos unos cantos, interactuábamos en el momento y luego ‘hasta el otro lunes’. El siguiente lunes se repetía lo mismo. Yo no era alguien que preguntara a los muchachos cómo estaban o cómo estaba su familia, para mí eso era como entrometerme en su vida, yo tenía muchos temores, pero al llegar a los cursos para líderes juveniles, entendí sobre la necesidad de acercarme a los muchachos, entablar relaciones personalizadas y de buscarlos durante la semana.”

“En los cursos entendí que yo tenía pensamientos equivocados, que en realidad, cuando hago preguntas, las personas sienten que yo me intereso por ellas. Ahora les pregunto ¿cómo te llamás?, ¿tenés hermanos?, ¿cómo te sentís?, ¿cómo has estado?,” dice Fátima.

En los Cursos de Centro Nehemías para líderes de jóvenes, estudiamos que Jesús acostumbraba a hacer preguntas, y en ocasiones hasta hizo preguntas aparentemente infantiles. Por ejemplo, al ciego Bartimeo le dijo: ¿Qué quieres que haga por ti? En otra ocasión, a un hombre que llevaba 38 años esperando un milagro de sanidad preguntó: ¿quieres ser sano? Aún a sus enemigos preguntó: “¿por qué quieren matarme?”

Pero esas preguntas de Jesús, constituían un rasgo característico y distintivo de su ministerio. Él concedía a las personas la oportunidad de expresarse con su propia voz y les brindaba toda su atención. Así lo vemos en el Camino a Emaús, preguntando a sus confundidos discípulos “¿de qué van hablando?”, seguidamente lo vemos conceder todo el tiempo necesario hasta que los caminantes le cuentan toda la historia.

¿Y nosotros? ¿Hacemos preguntas? ¿Se distingue nuestro ministerio por la habilidad de preguntar antes de hablar o actuar? ¿Qué tan dispuestos estamos para escuchar esas detalladas historias que otras personas necesitan decir?

Solo imaginemos lo que podría suceder si en nuestras comunidades o grupos donde servimos preguntáramos más a menudo “¿qué puedo hacer por usted?” “¿de qué se está hablando en el pueblo?”, “¿cuáles son sus inquietudes?” Jesús con su ejemplo, nos da el permiso para hacer esto.

Fátima nos recuerda que un líder cristiano debe ser una persona preguntona. En estos tiempos de relaciones fugaces, superficiales y utilitarias, la sociedad está sedienta de atención, de personas que se tomen el tiempo para escuchar, de gente que muestre el genuino interés de encontrar respuestas más que de imponer respuestas. Si no es la Iglesia de Jesús, ¿quién entonces saciará esta sed?

La pregunta más hermosa precede a la respuesta más hermosa.
E.E. Cummings.

domingo, 8 de abril de 2012

El Ministerio de la Resurrección


Queremos admitir que nosotros, los que trabajamos con Centro Nehemías, también fuimos desobedientes, que nos desviamos; que también fuimos seducidos y tontamente engañados por las tretas de Satanás en nuestra vida pasada. Conocemos de primera mano las miserias de una vida alejada de Dios y de Su consejo. La paga del pecado, es la muerte y nosotros también estuvimos muertos.

Solo gracias al testimonio de otros cristianos y al poder de Cristo Jesús, pudimos volver a la vida. Jesús vino en nuestro rescate y venció las poderosas cadenas de muerte que ataban nuestra mente y nuestra voluntad. Hoy podemos decir con toda convicción que también nosotros, como millones de hijos de Dios, hemos resucitado!
Por esto tenemos un compromiso con el ministerio de la resurrección, porque hemos visto el progreso de nuestra experiencia gracias a la acción del Espíritu en nuestra historia personal. El mismo Espíritu que levantó a Jesús de los muertos, nos ha dado una nueva vida.

Tal vez deberíamos sentir pena por las cicatrices que muchos de los miembros de esta comunidad llevamos a flor de piel, cicatrices que cuentan la triste historia de la vida libertina que llevábamos antes de conocer a Jesús, pero estas mismas heridas que recién sanaron, son un vivo testimonio de que Cristo es capaz de transformar vidas.

También, hemos sido testigos de cómo Jesucristo ha resucitado matrimonios que ya se daban por muertos. Hemos contemplado con admiración el resurgir de las llamas en algunas congregaciones donde ya solo había tizones. Hemos visto a muchos jóvenes escapar de las garras del vicio y la violencia callejera gracias a la valentía de aquellos agentes de Dios que se han acercado a ellos llevándoles el amor de Cristo. Tenemos evidencia del poder vivificante que los principios de Cosmovisión Bíblica  traen a las escuelas, los pequeños negocios y las comunidades.

Por esto creemos que una Nicaragua transformada es un sueño realizable en el poder de Dios. Vamos a ver la Gloria de Dios en este país, no nos cansemos de creer, no nos cansemos de motivar a otros para que también crean y que se unan al trabajo. Jesús ha dado la orden de remover la piedra que impide que nuestro país se levante y camine en todo su potencial,  tenemos que trabajar por ello. Un día también diremos “Nicaragua ha resucitado”!

Yo soy la resurrección y la vida. El que en mi cree, aunque esté muerto, vivirá.  -Jesús.