Como educadora cristiana, el corazón de
Gioconda se duele al ver a muchos de los jóvenes de su comunidad involucrarse
con la violencia callejera o con las drogas, y anhela un cambio positivo para
los estudiantes de su escuela y de todos los vecindarios de su ciudad natal
Condega, Nicaragua.
“En mi mente y en mi corazón yo veo a esta
ciudad con una juventud productiva, profesional, y sobre todo, al servicio del
Reino de Dios,” expresa con esperanza.
Tanto Gioconda como el resto de su equipo
de maestros del Insituto Denis Cáceres ven a la educación cristiana como un
medio efectivo para que los jóvenes puedan superar sus dificultades. “Si
nosotros podemos formar una sólida perspectiva cristiana en la vida de estos
muchachos, no habrá ninguna necesidad de que el sistema legal intervenga en sus
vidas,” comenta Gioconda.
Pero en esta tarea de cultivar el cambio,
el personal de este Instituto necesitaba un poco de apoyo y asistencia. En
muchas ocasiones Gioconda se había topado con la pared de la escasez de
recursos y el abandono por parte de las autoridades gubernamentales y otros
actores en la ciudad. Hubo meses en que los maestros trabajaron sin recibir
salario, pero continuaron siguiendo su sueño de una juventud restaurada.
“Nosotras (las maestras) dijimos,
independientemente de que recibamos o no recibamos salario, nosotros tenemos un
compromiso que no es con la directora Gioconda,” recuerda la profesora Arlen
Blandón. “Nosotras tenemos un compromiso con el Señor para que estos muchachos
tengan un buen futuro.”
Más adelante, Gioconda descubrió que ella
no estaba sola en sus luchas. A través de una amiga ella escuchó acerca del
Centro Nehemías, una comunidad de cristianos que están brindando apoyo a
personas como ella que a diario trabajan por la transformación integral de sus
comunidades. Con el apoyo de Centro Nehemías, Gioconda y su equipo empezaron
una serie de reflexiones y entrenamientos sobre administración escolar, trabajo
con familias desintegradas, discipulado a jóvenes en riesgo y otros recursos
importantes que les proporcionaron un poco más de energías para cumplir con su
llamado.
“Hemos visto cómo Dios ha tocado el corazón
del Centro Nehemías para ayudarnos con las herramientas que nos hacían falta
como maestros,” Añade Arlen. “Estas herramientas llegaron en el momento que más
las necesitábamos,” conclye.
Una de las formas en las que Centro Nehemías
pudo contribuir con el Instituto Denis Cáceres fue en su carácter de
institución educativa que recibe a jóvenes en alto riesgo. Gioconda anhelaba
fortalecer el corazón de su equipo para que ellos pudieran aceptar y trabajar
con jóvenes provenientes de familias altamente desintegradas y los talleres con
Centro Nehemías les ayudaron a comprender su llamado como agentes de la Gracia
de Dios.
“Si otras escuelas no reciben a ciertos
muchachos por causa de su historial de conducta, nosotros sí los recibimos,”
explica Gioconda, “y los recibimos no solo por razones educativas sino por
todas esas otras razones como la formación espiritual y la consejería,”
detalla.
Gioconda me da mucho gusto saber de tu gran labor, sigues caracterizandote como una luchadora. Tu excomañera de la UNAM, Virginia Miranda
ResponderEliminarRecibiendo miles de dolares y euros es facil ayudar a otros. Aui un link de la ayudan que les dan cada mes de Estados Unidos (No es que los gringos son los enemigos de la humanidad) http://www.newsharonumc.org/feedingcenter.htm
ResponderEliminarSe maneja que reciben 2000 dolares mensuales y todavia les cobran mensualidad en ese colegio de segunda
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