lunes, 8 de octubre de 2012

Preguntas Sorpresivas

Hultner Estrada


Si tuvieras la oportunidad de hacerle a Dios una sola pregunta, sobre algo que hasta hoy no le has encontrado sentido o explicación ¿Qué le preguntarías?

“Esta es la pregunta que vamos a ir a hacer a la calle,” dijo la facilitadora. “Vamos a salir un rato del templo y vamos a encontrar a una persona para entrevistar,” añadió.

Al principio los participantes del Curso El Escándalo de Dios*, se mostraron muy atemorizados e inseguros con la idea de ir a la calle a conversar con personas no-cristianas, pero después de realizar las entrevistas en el parque, su actitud era muy diferente; regresaron entusiasmados, sonrientes y comentando sobre algunas inquietudes de la gente:

  • ¿Qué hago para divorciarme del matrimonio eclesiástico?
  • ¿Por qué mi mamá me abandonó, mi papá tanto me maltrató y mis hermanos no me quieren?
  • ¿Por qué Dios me mandaría a este mundo?
  • ¿Cuándo será el día que voy a encontrar esa luz que me guíe hacia Él?
  • ¿Por qué Dios no me saca de la cabeza a esa persona de la que estoy enamorado?
  • ¿Por qué Dios le ha dado tanto poder a Satanás?

Los participantes del taller fueron sorprendidos por las preguntas pero también por algunos descubrimientos, según expresaron: Que la sociedad tiene una enorme sed de conocimiento sobre relaciones humanas.  Que la gente “allá afuera,” sí tiene deseos de conocer a Dios, pero también, que las personas se abren a conversar con franqueza si se les hace una buena pregunta. 


“Imagínate qué gran puerta se abre cuando en vez de ir con la intención de predicar, vamos con la intención de preguntar,” comentó otro de los facilitadores.

Este ejercicio me recuerda “El Camino a Emaús”, narración del evangelio de Lucas (Cap. 24) que ejemplifica claramente el método que Jesús empleaba para llegar al corazón de las personas: Él primero hacía preguntas, segundo, escuchaba atentamente, y solo después de preguntar y escuchar, comunicaba respetuosamente la verdad el Reino.


¿Seguimos nosotros el modelo de Jesús cuando compartimos nuestra fe, o lo hacemos a la inversa? ¿Cuáles serán esas preguntas que “los de afuera” necesitan que nosotros como iglesia les hagamos? ¿Estamos escuchando atentamente a sus inquietudes? ¿Qué pasaría en nuestras comunidades si saliéramos a preguntar más que a predicar? Quizá descubriremos cosas nuevas si probamos una nueva estrategia.

Jesús les preguntó: _ ¿De qué van conversando y por qué están tan tristes?... Y comenzando desde Moisés, siguiendo por todos los profetas, les explicaba las Escrituras.
Lucas 24:17 y 27 (PAR)

* El Escándalo de Dios es un curso del currículo Misión Transformadora, impartido por el programa de Desarrollo Juvenil de Centro Nehemías, que tiene por objetivo equipar a la iglesia local para servir a jóvenes y sus familias en contextos difíciles.

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