domingo, 1 de julio de 2012

Nos ayudaron a extender los radares


Hultner Estrada
Cuando la cosmovisión es mejorada, los cambios que experimentan las personas, son siempre sorpresivos.

El mes pasado, mas de 100 líderes de diferentes iglesias de 3 ciudades de Nicaragua concluyeron el primer nivel del programa de formación de Agentes de Transformación; culminaron un año de estudios en temas de Cosmovisión Bíblica.

Aunque ya por más de 8 años, Centro Nehemías ha estado facilitando estos talleres, siempre al final de cada ciclo, los testimonios no dejan de sorprendernos.  Por ejemplo, el hermano Julián García, de profesión ganadero de la ciudad de Estelí, nos cuenta:

“Yo no tengo mucha preparación, ni siquiera llegué a terminar la primaria y tal vez por eso tenía muchas dificultades para relacionarme con las personas; pensaba que era muy difícil que yo llegara a hacer algo importante en la sociedad, pero con estos cursos me he sentido fortalecido, siento que he crecido mucho, me han preparado para entender que el Señor me ha llamado a ser un agente de transformación.

Otra cosa que me impedía relacionarme bien con todo tipo de personas, era que mi mensaje como cristiano era muy acusativo y ‘condenativo’. Ahora, yo me siento mucho más libre para hablar del Señor porque puedo compartir un evangelio de paz, ahora puedo decir a las personas que Él es un Dios de amor, que está interesado en que las personas se superen y que nos está llamando para que venga esa superación”.

Por su parte, Zulema Trujillo, enfermera del hospital de Chinandega, resume su experiencia de la siguiente manera:

“Una mala decisión que tomé en mi juventud me llevó a alejarme de la vida de la iglesia. Desde entonces se me había hecho muy difícil volverme a sentir bien con el Señor. Además, por causa de mi profesión, yo no dispongo del tiempo para involucrarme en algún ministerio, así que realmente me sentía triste en mi vida cristiana, me sentía inútil delante de Dios.

Pero aquí, en los cursos de Cosmovisión Bíblica, me di cuenta que con lo que hago en el hospital, yo estoy sirviendo a Dios; que yo puedo ministrar, que puedo servir y ser útil para Dios desde mi centro de labores y eso para mí ha sido muy hermoso. Ahora yo siento que disfruto más mi trabajo, siento que estoy cerca de Dios y que le sirvo a Él cada vez que ayudo a una persona. Me siento como liberada”.


Historias similares son muy frecuentes al final de estos cursos de cosmovisión, pero debemos aclarar y reconocer que la fuente de tales cambios es la Palabra de Dios, es el redescubrimiento de la verdad bíblica sobre lo que entendemos del mundo y de nosotros como criaturas y co-trabajadores de Dios.

Como expresa el hermano Julián García, son esas verdades las que “nos han ayudado a extender los radares hacia nuestra propia familia y hacia la comunidad, a darnos cuenta que Dios quiere traer una transformación a la sociedad y que nosotros somos los instrumentos de Él.”

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